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martes, 26 de julio de 2016

Los Principios de la Crianza Respetuosa. Mi participadión en la Cumbre Intl Padres de Ahora 2016





Mi participación en la Cumbre Internacional Online Padres de Ahora 2016 
Hablamos sobre los principios de la Crianza Respetuosa.

sábado, 23 de julio de 2016

Comprender y acompañar la adolescencia


La fuerte necesidad de salir con la mochila al mundo a explorar, arriesgarse, medir el río con los propios pies, regularse con los pares y oponerse a los padres para afirmar su propia identidad en el tránsito hacia la consolidación de la adultez, son rasgos propios de la adolescencia. 


Un adolescente muy obediente, sumiso o bien un adolescente que se rebela destructivamente muy posiblemente ha sido un niño abusado en distintas formas y grados. 


Comprender, acompañar la adolescencia de nuestros hijos, supone registrar y reparar los posibles daños causados durante la infancia mediante el ejercicio de modelos de crianza rígidos, autoritarios, afectivamente distantes y cuyo resultado ahora se manifiesta visiblemente cuando el niño o niña cobra tamaño y reclama autonomía. Comprender y acompañar la adolescencia también supone un ejercicio de autoindagación para registrar la realidad de nuestros propios recursos emocionales como padres, nuestro nivel de represión, rigidez, nuestros miedos que ejercen interferencias en el vínculo y la comunicación con los adolescentes a nuestro cargo. 


martes, 19 de julio de 2016

Nuestros recursos emocionales para amar y criar





Los niños nacen con capacidad plena de amar. Esperan, merecen, necesitan recibir amor incondicional para nutrir dicha capacidad innata y desplegarla en todo su esplendor. 

Para un bebé o niño pequeño la ecuación es sencilla.  Las experiencias de placer, la satisfacción inmediata de sus necesidades de contacto, nutrición epidérmica, cuerpo materno, leche y succión tranquilizante del pecho a demanda, estimulación, mirada, presencia segurizante y amparo constantes -en resumen, el vínculo de apego seguro-  equivale a sentirse amado incondicionalmente. Cuando no obtiene lo que necesita la experiencia subjetiva de un niño  -mientras más pequeño y vulnerable, más intensa- es de miedo, abandono, soledad, hostilidad, es decir, violencia.  

Sin embargo nuestra civilización atravesada por doctrinas hostiles a la infancia, condiciona una mirada ajena a la esencia infantil, a sus necesidades legítimas.  Sobre estos idearios se han establecido y mantenido durante milenios modelos de crianza insanos que imponen una demoledora distancia entre lo que una criatura humana, mamífera, altricial espera o necesita y lo que recibe.  En la medida en que el niño no recibe lo que espera o necesita, atraviesa experiencias sufrientes, miedo, soledad, hostilidad y se ve ante la necesidad de desplegar mecanismos de salvataje o de sobrevivencia para obtener seguridad. Se establece el devastador sismo original de la herida primal que luego hace réplica el resto de la vida. Neurosis, adicciones, depresión, ansiedad, hambre de poder, indefensión, sometimiento, consumos excesivos, accidentes emocionales, enfermedades, conflictos violentos, discapacidad para amar, empatizar y cuidar a los niños a nuestro cargo cuando devenimos padres… son algunas de tantas secuelas del modelo de crianza mayoritario basado en el desamor, la rigidez y el autoritarismo. 

Los adultos necesitamos reaprender a amar a los niños tal y como ellos esperan y necesitan ser amados. Para ello primero hay que estar dispuestos a registrar en qué medida fuimos realmente amados o desamparados, y cómo desde la propia experiencia de hostilidad en nuestra infancia que no somos capaces de reconocer o de nombrar ahora,  terminamos actuando desde un lugar inconsciente, desnutridos de recursos emocionales para amar y cuidar a los niños presentes a nuestro cargo, tal y como ellos esperan y necesitan. 

Si no logramos encontrar un lugar emocional desde donde validar, comprender, empatizar, acompañar, atender con paciencia los pedidos del niño presente a nuestro cargo, su soledad, sus miedos, sus llantos, sus gritos, sus berrinches, sus expresiones de disconformidad, su carácter inquieto, movedizo, explorador, su alma de niño… muy probablemente estamos respondiendo al resultado de nuestra propio miedo y soledad no atendidos oportunamente, de nuestras propias emociones y necesidades legítimas no validadas, nombradas ni satisfechas oportunamente y que ahora se actualizan perpetuando la transmisión de la herida primal a las nuevas generaciones. 

Es nuestra responsabilidad convertirnos en adultos capaces de criar a niños y niñas felices en lugar de niños y niñas que "nos hagan felices".  Niños y niñas en libertad para desplegarse en sintonía con su sí mismo, que permanezcan en contacto con su brújula interior, con su capacidad natural de amar, que mantengan intactos su valor, creatividad y pasión originales, el poder de pensar por sí mismos, para atreverse a explotar, crear y perseguir sus propios sueños. Impidamos que estas virtudes innatas sean cercenadas por nuestras propias necesidades narcisistas, nuestra desnutrición afectiva, soledad y miedos infantiles no acompañados oportunamente y no elaborados hasta ahora. Sanemos nuestras heridas primales  para evitar heredarlas a las nuevas generaciones. Amar incondicionalmente a las criaturas es urgente, es la única esperanza para la especie humana.  Encontremos nuestros recursos emocionales para amar y criar.




domingo, 17 de julio de 2016

Taller Comprender y Acompañar la Adolescencia

TALLER VIVENCIAL
COMPRENDER Y ACOMPAÑAR LA ADOLESCENCIA
Dictado por: Berna Iskandar @conocemimundo
Se organizan para grupos mínimos de 15 personas 
Enviar solicitud 
CONOCEMIMUNDO@GMAIL.COM
+58 412 6315555


Dictado por Berna Iskandar, periodista, madre, blogger, divulgadora de temas de crianza, paternidad, maternidad y derechos de infancia y adolescencia enmarcados en el desarrollo humano sustentable.  Primer premio concurso de bloggers 2013 sobre Desarrollo Infantil, otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Conductora y productora del programa Conoce Mi Mundo  en la Emisora Cultural de Caracas 973FM, único en los medios venezolanos   enteramente dedicado a promover crianza en cultura de paz, desde el 2006.

En el Taller Vivencial Comprender y Acompañar La Adolescencia, dentro de un ambiente protegido, haremos un recorrido a través de la propia adolescencia para registrar las represiones, miedos e inhibiciones que hoy provocan interferencias en la interacción con los adolescentes a nuestro cargo.
Dirigido a: Padres, madres, docentes y profesionales relacionados con la atención a adolescentes y familias.   

Contenido: Mitos y verdades sobre la adolescencia. Comprender las razones evolutivas tras el comportamiento del adolescente. Transición de la niñez a la adultez. Cambios biológicos, físicos y psicológicos. Adolescencia y despertar sexual. Algunas referencias antropológicas. Embarazos no planificados ni deseados, abortos, transmisión de enfermedades. Prevención de consecuencias no deseadas. Ritual de iniciación en la pubertad. Criar hijos libres de drogas, alcohol y conductas adictivas. Incluye ejercicios y  dinámicas de grupo. Se recomienda llevar ropa cómoda.

Dirigido a progenitores, docentes, profesionales relacionados con atención a adolescentes,  familias, así como a personas sensibilzadas con el tema.



Twitter. @conocemimundo

Instagram: @conocemimundo

jueves, 7 de julio de 2016

Soledad y miedo son heridas primales devastadoras



Andar de diligencias por la calle y cruzarme con  bebés llorando desesperadamente en sus cochecitos, y madres alejadas del cuerpo y de las emociones de sus crías, es lastimosamente una escena bastante frecuente. Escenas que revelan la distancia afectiva y corporal, la indisposición para la escucha y la conexión de las necesidades de las criaturas humanas muy frecuentes en nuestra civilización,  tanto en espacios públicos, cómo en la intimidad del hogar.

Como soy muy terca con este asunto, no me canso de repetir las veces que sea necesario, que cuando un bebé o un niño llora es porque algo no anda bien, es porque la criatura está padeciendo una experiencia sufriente, es porque expresa malestar, dolor, miedo, porque tiene una necesidad afectiva o física que le está haciendo sentir mal,  que la criatura no sabe o no puede resolver sola y que no está siendo atendida.

No importa cuántas veces me vea en la necesidad de insistir, de apelar al corazón, al sentido común, a la ética, al sano juicio, a las evidencias científicas, hasta que una a una nos volvamos más sensibles tantas almas congeladas a lo largo de años de condicionamientos y mentiras que han degradado el llanto infantil a la categoría de capricho, manipulación,  doctrinas hostiles que propugnan frustrar a los niños para que aprendan a “dominar el carácter”.

Violencia no es solamente pegar, gritar, insultar… Ignorar el llanto de un bebé o de un niño es la violencia del desamparo, como ha acuñado la autora Laura Gutman. Desatender el llanto de un niño entraña desatender sus necesidades legítimas, equivale a enseñar al niño que de nada vale pedir ayuda porque en este mundo hostil en el que acaba de aterrizar nadie acudirá al llamado (indefensión aprendida). Desatender o ignorar el llanto de un bebé despliega una respuesta de alarma en el sistema nervioso que sabotea su correcto desarrollo cerebral generando improntas para el resto de su vida. Las neurociencias demuestran que al estar solos o alejados del cuerpo de su cuidador o figura de apego primaria, a los bebés les baja la temperatura, les sube el ritmo cardiaco y les aumenta el nivel de cortisol (hormona del estrés) en saliva. Es decir, sienten miedo. Cuando regresan al cuerpo que les prodiga amparo,  nutrición epidérmica, y presencia segurizante, sus valores se estabilizan.

Soledad y miedo, son heridas primales que se graban a fuego y se perpetúan en nuestra psique cuando hemos sido bebés o niños desoídos, desamparados.  Esto, no es poca cosa, ni un tema menor.