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sábado, 23 de julio de 2016

Comprender y acompañar la adolescencia


La fuerte necesidad de salir con la mochila al mundo a explorar, arriesgarse, medir el río con los propios pies, regularse con los pares y oponerse a los padres para afirmar su propia identidad en el tránsito hacia la consolidación de la adultez, son rasgos propios de la adolescencia. 


Un adolescente muy obediente, sumiso o bien un adolescente que se rebela destructivamente muy posiblemente ha sido un niño abusado en distintas formas y grados. 


Comprender, acompañar la adolescencia de nuestros hijos, supone registrar y reparar los posibles daños causados durante la infancia mediante el ejercicio de modelos de crianza rígidos, autoritarios, afectivamente distantes y cuyo resultado ahora se manifiesta visiblemente cuando el niño o niña cobra tamaño y reclama autonomía. Comprender y acompañar la adolescencia también supone un ejercicio de autoindagación para registrar la realidad de nuestros propios recursos emocionales como padres, nuestro nivel de represión, rigidez, nuestros miedos que ejercen interferencias en el vínculo y la comunicación con los adolescentes a nuestro cargo. 


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