"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..." Octavio Paz. El Cántaro Roto.

CRIANZA EN CULTURA DE PAZ

Conocer , comprender y respetar cada etapa evolutiva y necesidades legítimas de los niños y adolescentes. Reconectar con lo mejor de nosotros mismos. Transitar hacia el lindo horizonte de un mundo más humanizado.

sábado, 23 de mayo de 2020

Chocolate challenge, ¿a quién le está costando más demorar gratificación, al niño o al adulto?





Me han llegado innumerables preguntas sobre un reto viralizado recientemente en redes. Se trata de una versión bastante distorsionada del popularmente conocido marshmallows test realizado en los años 70 en Stanford que perseguía evaluar el grado de habilidad para demorar la gratificación en preescolares y su incidencia sobre determinados desempeños en la vida futura. Me parece importante aclarar que este estudio ha sido replicado y refutado por  estudios posteriores, que debemos tener cuidado antes de creer cualquier frase que siga a "estudios científicos determinan o demuestran o apuntan que...". Las "verdades científicas" ni son absolutas ni inamovibles. 

El caso es que el reto del que les quiero hablar consiste en dejarle dulces a niños pequeños con la instrucción de que no se los coman hasta que mamá regrese de hacer algo que le tomará algunos minutos mientras una cámara oculta registra la reacción del pequeño para medir su habilidad de demorar gratificación y que en conjunto se ha interpretado o relacionado con los “grados de obediencia” internalizados en la crianza.

Agradezco a mis lectoras por preguntar. Entiendo que no hacemos las cosas con intención de dañar a nuestros hijos y quiero resaltar el hecho de que no estoy por la labor de juzgar a nadie de buenas o malas madres, que mi único propósito es dar voz a los niños, intentar ponerme en su lugar, tratar de sentir la experiencia desde su punto de vista infantil y hablar por ellos.

Aquí va mi respuesta:

• Exponer en redes sociales a los niños ya me parece un tema bastante delicado no sólo por los riesgos en internet y las redes donde ciertamente hay personas buenas, pero también personas capaces de hacer daño, organizaciones criminales de pederastas o trata de niños, personas que lapidan con comentarios irrespetuosos. Pero también porque exponer a los niños públicamente en redes puede ser una violación a su derecho a la intimidad, la imagen, el honor y la dignidad. Preguntémonos si nos gustaría que una amiga o la pareja nos tomara videos sin nuestro consentimiento en cualquier momento incluidos los momentos de nuestra vida íntima para colgarlos en redes dejando registro público para siempre. A propósito de poner a prueba la capacidad de retrasar gratificación,  como adultos nos vendría bien hacernos muchas preguntas antes de dejarnos llevar por el impulso que ejerce la influencia del rebaño en las redes sociales.

• Lo de tentar a los niños con dulces para medir los grados de capacidad de dilatar gratificación, o como ha ocurrido en tantos casos que he visto, para medir la obediencia que hemos conseguido establecer en nuestros hijos, contradice la orientación ética del nuevo paradigma de crianza cuyo fin es acompañarlos a ser personas conscientes, con criterio propio, conectados con su ser esencial, capaces de autorregularse y ser guardianes de sí mismos. Educar no es adiestrar, no es condicionar a los seres humanos para que respondan ciegamente a nuestra voluntad o la de terceros. Aclaremos conceptos: una cosa es un niño obediente y otra muy distinta un niño respetuoso y consciente.

• Por razones madurativas, a las criaturas durante la primera infancia, pero sobre todo antes de los cuatro años, les cuesta mucho la espera. Hasta satisfacer una necesidad o deseo (para los niños pequeños no existe diferencia) sufren mucho, no tienen psiquismo para esperar. La habilidad de demorar gratificación resulta de un proceso natural de madurez cognitiva que se va estableciendo progresiva y naturalmente.  No es necesario frustrar a los niños para que lo consigan. Inés Di Bartolo, psicóloga y autora especializada en la teoría del apego, ataja la falsa creencia de que frustrando a los niños los enseñamos a esperar, "no se aprende a esperar esperando sino recibiendo. Es la confianza de que vamos a recibir lo que nos permite esperar”.  Cuando un niño es bien interpretado  por su figura principal de apego o adultos cuidadores y satisfecho en sus necesidades todas las veces posibles o la mayor parte de las veces, aprende a confiar en que obtendrá lo que necesita,  y es esa confianza lo que le permite desarrollar la capacidad de esperar.  De hecho esta interacción comporta el mecanismo con el que se instala un apego seguro, uno de los pilares más robustos de la salud mental infantil y que determina también la salud mental, la autoestima, la madurez emocional y la calidad de los vínculos entre los seres humanos. A lo largo de su infancia el niño enfrentará experiencias de frustración y estrés suficientes para lograr un proceso de adaptación saludable. No hay que crearles  frustración o  estrés innecesarios. 

• Otra cosa que vale la pena aclarar aprovechando el contexto: las necesidades de base biológica, instintiva, tanto las de orden físico (hambre, sueño, frio, calmar algún dolor), y las de orden psicoafectivo (necesidad de presencia, mirada, cuerpo materno, mirada, brazos, calmar el miedo o cualquier emoción intensa...), nunca se limitan. Estas necesidades deben ser atendidas y cubiertas siempre.  Las necesidades que han sido creadas por la cultura, como las necesidades de consumo (comer chucherías o alimentos ultra procesados con harinas, sal, azúcar, ver pantallas, más adelante consumir tabaco, alcohol...) son adictivas y  comportan una enorme dificultad o la imposibilidad de autorregulación para niños y adultos.  


Los adultos precisamos de espacios y experiencias de formación transformadora para “conocer su mundo”, albergar expectativas realistas y evitar sobreexigencias que interfieren los procesos psicoevolutivos de los niños y dificultan su  funcionamiento y su sano desarrollo.

Mi trabajo es ayudarte a conocer mejor a tus hijos, a enamorarte cada vez más de ellos y a confiar en que ese amor nunca los va a malcriar. Gracias por permitirme acompañarte a través de mis espacios de formación transformadora a amarlos y cuidarlos como ellos esperan y necesitan.

Te recuerdo que las personas que se apunten en las  actividades vigentes de mi portafolio, incluidas mis sesiones online de coaching de crianza, durante mayo y junio del 2020 tendrán acceso el último jueves de cada uno de estos meses a un forochat vía zoom para hacer preguntas y compartir experiencias.

Qué abunde el amor y los buenos tratos en la crianza.

Los espero,
Berna Iskandar @conocemimundo

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