"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..." Octavio Paz. El Cántaro Roto.

CRIANZA EN CULTURA DE PAZ

Conocer , comprender y respetar cada etapa evolutiva y necesidades legítimas de los niños y adolescentes. Reconectar con lo mejor de nosotros mismos. Transitar hacia el lindo horizonte de un mundo más humanizado.

martes, 29 de mayo de 2012

Esos locos bajitos. Por Enrique Ochoa Antich

Agradezco infinitamente el honor que Enrique Ochoa Antich  hace con esta columna publicada el 28 de mayo en El Diario Tal Cual, a mi programa de radio, a mi persona y a todas las personas e instituciones volcadas a promover crianza democrática y flexible. La calidad de la crianza no es un tema menor y por lo tanto es también un asunto político. Razón por la cual resulta esperanzador y  gratificante verla expuesta  dentro de un espacio público dedicado a la reflexión política, gracias a la sensibilidad de un gran venezolano. 
Individuos, comunidades, gobiernos, medios de comunicación, empresas, todos, somos responsables de cerrar filas para proteger la calidad de la crianza.
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Esos locos bajitos
Los niños son el futuro de nuestro país, por ende, la salud mental de los integrantes del núleo familiar es vital, de lo contrario puede haber trastornos de la personalidad que van desde la disminución sensible de todas sus potencialidades hasta comportamientos anti-sociales
POR ENRIQUE OCHOA ANTICH

Catalejo




En ellos, los niños, nuestros niños, a los que Serrat definiera con la expresión que titula estas líneas, se cifra el futuro de la nación. La forja de su personalidad determina lo que seremos. Doblegados y esclavos o libres, creadores, emprendedores.
Los años 70, herederos de la turbamulta de los 60 (primavera de Praga, mayo francés, protestas estudiantiles contra la guerra de Vietnam, el Sargento Pimienta y el álbum blanco de los Beatles, Cien años de soledad y todo el boom literario latinoamericano, la muerte del Che, etc., etc., etc.), fueron el escenario de tal vez la mayor tentativa libertaria en la historia del planeta.
Desde diversas perspectivas políticas y culturales, los seres humanos pretendimos entonces la superación de cuatro dominaciones, a saber: la del ciudadano por el Estado, la del trabajo por el capital, la de la mujer por el hombre, y, last but not least, la de los niños por los adultos. La vía de esa liberación estaba signada por la profundización de la democracia en todos los aspectos -el político, el económico, el cultural- y no en su negación. Desde entonces, el mundo no fue el mismo. Cada una de estas luchas, también la relacionada con los derechos de los niños, se insertaba en ese contexto mayor en que el sueño de un mundo libre y justo habitado por hombres libres y justos fuese posible. Tal era nuestro credo.
Acabo de conocer a Berna Iskandar. Más allá de sus hermosos ojos claros y de su personalidad arrolladora, invita a admirarla la causa que justifica su vida. Como muchos otros, anda procurando despertar la conciencia de las personas que habitamos este pedazo de planeta que llamamos patria, acerca de una de aquellas dominaciones, y procurando su superación: la de los niños por el adulto.
 Desde un estupendo programa trasmitido por la Emisora Cultural de Caracas, "Conoce mi mundo", alerta una y otra vez de esas conductas que, aunque parezcan impensables, muchos todavía consideran naturales: el desprecio al niño como si fuera un disminuido mental, la disciplina mal entendida como excusa para la falta de afecto, el castigo corporal incluyendo la violencia física, el insulto o el grito como instrumento de sometimiento y de terror, y un ancho abanico de rudezas que, aplicadas a un niño, ocasionan, ¿qué duda cabe?, trastocamientos de la personalidad que van de la disminución sensible de todas sus potencialidades hasta comportamientos anti-sociales inclusive.
Ella lo dice muy bien: el asunto de la relación de los padres con los hijos por privado que sea, involucra asuntos trascendentes que atañen a las políticas públicas. Niños sanos supondrán menos gastos en cárceles, policías, etc. Así que podríamos llegar a una conclusión: la educación de los hijos es también la educación de los padres. Y el objetivo es  simple, de acuerdo a Berna Iskandar: construir una relación democrática entre padres e hijos.
Ojalá que el esfuerzo de muchos como Berna Iskandar no sea en vano. Así tendremos un mejor país, una mejor vida para todos.

Enrique Ochoa Antich

Fuente: 

lunes, 28 de mayo de 2012

Taller crianza respetuosa junio-julio 2012


 TALLER  CRIANZA RESPETUOSA
FECHA: SÁBADO 30 DE JUNIO DEL 2012 (AGOTADO)
FECHA: SÁBADO 14 DE JULIO ( CUPOS DISPONIBLES)
HORARIO: 8:30 AM-12:30PM 



Dictado por Berna Iskandar Comunicadora Social, madre, divulgadora de temas de crianza, paternidad, maternidad y derechos de infancia y adolescencia. Conductora y productora del programa Conoce Mi Mundo  en la Emisora Cultural de Caracas 977FM, único en los medios venezolanos   entereamente dedicado a promover crianza en cultura de paz, dede hace más de seisaños.


La calidad de la crianza, no es un tema menor, ni un problema más que atender, es el epicentro de los problemas humanos y sociales y debe importar a todos, hombres y mujeres, seamos o no padres o madres. De cómo criamos hoy a nuestros niños y adolescentes, dependerá que construyamos un mundo más violento, con más cárceles y hositales o un mundo más humanizado.
Individuos, sociedad, empresas, instituciones, gobiernos, todos, debemos cerrar filas para proteger y promover una crianza y educación basada en el buen trato, el amor, la empatía, el compromiso emocional, el respeto y la dignidad.
Padres y madres hacemos lo mejor que podemos con lo que sabemos, pero a veces necesitamos nuevos referentes de ayuda para comprender y conocer mejor el mundo de los niños y adolescentes, entender el porqué de su comportamiento, qué esperan o cuáles son sus necesidades legítimas, para basarnos sobre expectativas realistas que permitan facilitar el buen trato, el vínculo y la asistencia durante el proceso de formación y crianza.
Algunos temas a desarrollar serán: Estilos de crianza; Las etapas en el proceso evolutivo y sus distintas necesidades; Principios y herramientas para el buen trato hacia los niños y adolescentes; Límites y disciplina humanizada y formas de violencia visibles e invisibles (reconocer, prevenir, sanar).

Inversión: Bs 150,oo por persona
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Email: conocemimundo@gmail.com
Cel: 0412 6315555 
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jueves, 24 de mayo de 2012

Resignifiquemos rabietas y berrinches



Video realizado por Louma Sader de www.amormaternal.com

Por Berna Iskandar
Las rabietas y berrinches constituyen uno de los motivos más frecuentes de ansiedad y preocupación para los padres. Para intervenir o acompañar a los pequeños en medio de este trance, existen dos enfoques: el tradicional que parte del principio de que el niño nos quiere tomar el pelo, manipular, etc., entonces castigamos, prohibimos, forzamos e ignoramos, y el enfoque consciente que resignifica los berrinches e invita a aproximarnos desde la compresión de las causas reales y la intervención respetuosa  para el niño. Yo les voy a hablar sobre la aproximación respetuosa, democrática y flexible que es la que nos ocupa. 

Primero trtatemos de comprender por qué suceden las rabietas y de dilucidar qué es lo que subyace tras un arranque descontrolado de llanto, gritos y pataleos de nuestros pequeños. Para lograr un abordaje respetuoso y no violento, es preciso saber que las rabietas son respuestas propias de un momento evolutivo del niño que, bien entendidas y atendidas, pasarán por sí solas y no tienen porqué prolongarse más allá del tiempo correspondiente.
Según los expertos, las rabietas comienzan alrededor de los dos años y deberían desaparecer alrededor de los cinco años. A los dos años el niño ya ha conseguido avances significativos en su autonomía (comer solo, caminar, hablar…) y experimenta la significativa transición que entraña el descubrimiento del “yo”. Se va haciendo consciente de que es un ser distinto a sus padres y especialmente de la madre, con quien ha sostenido un vínculo de fusión emocional y dependencia absoluta que la naturaleza, sabiamente, ha previsto en un principio para garantizar su sobrevivencia.
En este período evolutivo, el pequeño  ejercita una serie de respuestas para consolidar su afirmación como individuo y dar los primeros pasos en el lento y largo proceso de autonomía. Una de ellas es el famoso “NO”,  porque negando a sus padres, el niño se afirma. Y ojo, es muy importante que nos quede claro: esto no lo hacen para provocarnos o faltarnos respeto, sino como ejercicio natural de consolidación de su individualidad. Tampoco quiere decir que el niño, por naturaleza, sea un tirano egoísta. Ya hablamos en un post anterior, sobre los estudios de la doctora Alison Gopnik  y otros científicos que han desmontado la creencia de que los niños son pequeños tiranos y han demostrado que desde los quince y dieciocho meses, los pequeños son capaces de ser generosos y empáticos.  Es injusto y pernicioso valorar de pequeño tirano egocéntrico,  a un ser humano en formación, sólo porque atraviesa un período en el que desarrolla la noción del “yo”, y comienza a dar los primeros pasos hacia la autonomía necesaria para consolidar la adultez ¿no les parece?. Sería como ponerle a un adulto la etiqueta de neurótico cuando reacciona de mal humor porque está pasando por unos días difíciles. Por otra parte, debemos comprender que el pequeño no tiene  los mismos recursos que un adulto para gestionar y expresar las emociones, que además,  le resultan confusas y angustiantes en un período de cambios evolutivs importantes, por lo cual frecuentemente derivan en las famosas rabietas.
En la medida en que los padres contengan y acompañen con respeto, empatía y paciencia, los mismos pequeños irán adquiriendo, paulatina y naturalmente,  la madurez y destrezas para expresarse y gestionar sus emociones sin berrinches. Llegado el momento evolutivo correspondiente, estas “explosiones” del ánimo irán quedando atrás.
A continuación comparto diferentes sugerencias que he recogido de distintsa fuentes y especialistas, sobre el modo respetuoso de prevenir o en su defecto intervenir las rabietas, cuando estas se presentan.     
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Comencemos por insistir en que las rabietas y berrinches se vinculan a una etapa del proceso evolutivo de los niños (de dos a cinco años) y que desaparecerán por sí solos toda vez que se manejen adecuadamente. Por lo tanto, los pequeños no hacen berrinches para manipularnos,  ni lo hacen intencionalmente para provocarnos. Sólo están ejercitando la consolidación de su individualidad en un período de mucha confusión emocional y pocas herramientas para resolverla o manifestarla. Tenerlo presente durante una rabieta, ayudará a que los padres seamos pacientes.
Algo que podemos hacer acerca de los berrinches es tratar de prevenirlos. Generalmente cuando un niño estalla con una pataleta es porque ya ha intentado expresar alguna necesidad legitima que no ha sido escuchada o atendida oportunamente. Por ejemplo, un niño de tres años que acompaña a su madre  en  la cola de un banco, puede aburrirse rápidamente por la imposibilidad de jugar, moverse o explorar, y es muy probable que se canse, sienta sueño o hambre. Si no prevemos llevar juguetes, algo de comer, dejar que se mueva, etc., podría sobrevenir un berrinche. También es importante tener expectativas reales acerca de lo que podemos o no esperar de los pequeños: cuando vamos de compras, podemos eludir lugares donde se exhiban productos que resulten atractivos (chucherías, juguetes, etc.). Y como éstas, hay muchas circunstancias predecibles que pueden evitarse en la medida de lo posible.
Ser flexibles es imprescindible si queremos educar respetuosamente y prevenir las rabietas. Diariamente, los padres entramos en guerra con nuestros hijos. Guerras perfectamente evitables si les permitimos elegir  la ropa que van a usar o si se quieren bañar primero y comer después o viceversa, en lugar de imponer una orden porque “soy tu mamá y se hace como yo lo digo”. Tratemos de evaluar un poco:  ¿lo que nuestro pequeño nos pide realmente pone en riesgo su sano desarrollo o su seguridad? De no ser así (les aseguro que el noventa por ciento de las veces no lo es) ¿por qué no complacerlo?.  Pensemos también, que ofrecer opciones y permitir que los pequeños tomen decisiones y elijan por sí mismos, además de que les hará sentirse empoderados (necesidad del momento evolutivo que atraviesan) les enseñará a ser niños y adultos con criterio y capacidad para tomar buenas decisiones, en lugar de seres sumisos o ciegamente obedientes.
Ignorar, castigar o forzar al pequeño, no son aproximaciones respetuosas frente a las rabietas. Acompañar, abrazar y contener, sí lo son.  Compresión, es lo que los niños   siempre necesitan de sus padres, mucho más en un momento de rabia,  dolor y confusión como el que experimentan en una rabieta. Deslastrarnos de la presión del qué dirán y mantenernos a su lado dispuestos a contener, agacharnos a su altura, explicarle que comprendemos su enojo, pero que necesitamos tranquilizarnos para poder escucharnos y resolver la situación, permitir que el niño se desahogue observando el momento oportuno para abrazarlo, son modos respetuosos y saludables de atravesar estos episodios. Luego, cuando estemos todos más calmados, informamos y explicamos al pequeño lo que esperamos de su comportamiento.
Mantén en perspectiva que cuando un niño manifiesta “mal comportamiento” o acciones que llaman nuestra atención, es cuando más necesita amor, consuelo y compresión de sus padres.

Para escuchar esta emisión ampliada sobre berrinches y rabietas, pulsa el player 



Entrevista sobre aproximación respetuosa a los berrinches con Louma Sader creadora de Amor Maternal desde Barcelona España Enlaces relacionados: 
Crianza natural: Rabietas y berrinches.  Por Louma Sader. Vía Amor Maternal
Las rabietas: "Quiéreme cuando menos me lo merezca, porque será cuando más lo necesite". Por Rosa Jové
Resignificar rabietas y berrinches. Por Berna Iskandar. Vía Inspirulina
Manejo respetuoso de rabietas y berrinches. Por Berna Iskandar. Vía Inspirulina


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Twitter. @conocemimundo



miércoles, 23 de mayo de 2012

Semana Mundial del Parto Respetado 2012

Desde el 21 al 27 de mayo  se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado. Cada año la celebración viene con un tema  relieve, que en esta edición  es  "El nacimiento y la economía". Desde que comenzó a celebrarse, en Conoce Mi Mundo dedicamos espacio para divulgar esta importante iniciativa. Esta vez, entrevistamos de nuevo a la psicóloga Carolina Vázquez, Directora de Aquamater Maternidad Consciente quien nos trae de vuelta dicha entrevista editada y enriquecida con un hermoso video.  Disfrútenlo a continuación no sin antes compartirles nuestra fórmula favorita:  
EMBARAZO Y PARTO RESPETADOS + CRIANZA RESPETUOSA= MUNDO HUMANIZADO 




martes, 15 de mayo de 2012

Día Internacional de la Familia

El modelo "común" de familia hace tiempo dejó de serlo y cada día más, lo común pasa a ser la diversidad de modelos familiares. La estructura familiar madre-padre-hijo-a biológico se convierte en una opción más dentro del universo de modalidades. Familias monoparentales donde por lo regular predomina el binomio madre-hijo-a, familias con parejas del mismo sexo o familias con hijos-as de uniones anteriores más hijos-as de la unión actual, denominadas ensambladas. No se trata de entrar en juicios de valor ni pretendemos definir cuál debe ser el modelo de familia a seguir. Se trata de respetar la diversidad de modelos como una realidad que, lejos de perjudicar, enriquece a la familia como célula de la sociedad. Feliz Día Internacional de La Familia en toda la amplia gama de la diversidad de estructuras y culturas. Que el amor y la conciencia despierta sea el común denominador en todas ellas. 
El tema de la celebración del Día Internacional de la Familia para este año es "Lograr un equilibrio entre el trabajo y la familia". Aprovecho para compartir a continuación un post escrito por mí, para Inspirulina, donde hago reflexión acerca de la importancia de resignificar y rescatar la necesidad de dedicar más tiempo a nuestros hijos.

DEDÍCALE MÁS TIEMPO A TUS HIJOS 

Por Berna Iskandar


El psicoanalista inglés, John Bowlby, pionero en los estudios de la importancia del apego en la crianza, escribió una vez: "La energía que el hombre y la mujer dedican a la producción de bienes materiales aparece cuantificada en todos nuestros índices económicos. Pero la energía que el hombre y la mujer dedican a la producción en sus propios hogares, de niños felices, sanos y seguros de sí mismos, no cuenta para nada en ninguna estadística. Hemos creado un mundo trastornado”.
El padre de la Teoría del Apego, atrapa en un breve párrafo, la esencia del orden social patológico que hemos construido y que impera en el mundo. Un orden integrado por hombres y mujeres que consolidan visibilidad, remuneración económica, reconocimiento e “independencia” en el ámbito exterior (negocios, profesión, estudios, trabajo, deporte, política…) pero que en el interior del hogar, dedicados al cuidado de la familia y la crianza de los hijos, pierden autonomía, se vuelven invisibles y no son remunerados ni compensados económicamente. Según la autora argentina, Laura Gutman, esto explica la razón de que nuestra identidad se encuentre puesta afuera y no ubiquemos el lugar desde donde sentirnos disponibles cuando se trata de atender las demandas legítimas de tiempo y atención que exigen nuestros hijos y que por lo tanto nos desbordan.  
Entre los infinitos recursos construidos para fortalecer un sistema interesado en que vivamos más que nada hacia afuera, aparece el concepto de “tiempo de calidad”, con el cual se pretende compensar el poco tiempo que los padres disponemos para nuestros hijos. 
Tiempo de calidad no sólo implica estar cerca físicamente, si no también conectados, con la escucha activa, la paciencia, el respeto y la empatía que nuestros pequeños necesitan de nosotros y que, ciertamente, son indispensables para prodigarles una crianza saludable. Pero cuidado, el tiempo de calidad sin cantidad de tiempo, no basta. Ninguna tarea importante puede realizarse con éxito, si además de calidad, no le dedicamos también, cantidad de tiempo. Un proyecto de trabajo, una carrera universitaria, requiere mucho de nuestro tiempo. La crianza de nuestros hijos no es la excepción.
Preguntémonos, por ejemplo, ¿se nos ocurriría decirle al jefe que en lo sucesivo trabajaremos dos horas en lugar de ocho a diez horas diarias, porque las dos horas serán tiempo de calidad?.  Entonces, ¿qué es lo que nos hace creer que con nuestros hijos sí se puede?...  
Posiblemente a estas alturas estarán pensando, “Ajá, ¿y cómo quedarnos más tiempo con los hijos si necesitamos trabajar para pagar las cuentas?”. Pues la verdad es que no hay soluciones fáciles, pero soluciones sí hay. El cambio de paradigmas nunca ha gozado de popularidad, al contrario, tiene demanda negativa, genera resistencia porque toca intereses, fibras sensibles y casi siempre hace saltar resortes. Tampoco sus resultados pueden verse a corto plazo, si no en generaciones. Estamos hablando de una transformación profunda de mentalidad, de cultura y de sistema de vida. Se necesitan bríos y ganas de hacerse conscientes en medio de un sistema que arrastra hacia la dirección contraria, hacia los mecanismos de evasión y huida.  Pero tenemos que tomar decisiones, porque de ello depende que regeneremos una sociedad de nidos vacios, desgarrada de violencia, depresión y adicciones, producto de la soledad y el abandono en los que se encuentran nuestros niños y adolescentes. 
Todo esfuerzo y compromiso bien vale la pena, ¿verdad que sí?.