"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..." Octavio Paz. El Cántaro Roto.

CRIANZA EN CULTURA DE PAZ

Conocer , comprender y respetar cada etapa evolutiva y necesidades legítimas de los niños y adolescentes. Reconectar con lo mejor de nosotros mismos. Transitar hacia el lindo horizonte de un mundo más humanizado.

martes, 4 de junio de 2013

La nalgada "a tiempo"






Nunca será demasiado insistir en este tema

Por Berna Iskandar

Yo digo, “que levante la mano quien esté de acuerdo con el maltrato infantil”,  y nadie la levanta. Obviamente.  Pero luego cuando digo, “ahora, por favor, que levante la mano quien esté de acuerdo con la nalgada a tiempo para disciplinar”,  más del sesenta por ciento del auditorio apoya la moción.  Así suelen iniciar las charlas sobre crianza libre de violencia que dicto en Venezuela.    Sin duda, una prueba de ácido infalible para poner en relieve la visión sobre la infancia que sostienen determinados colectivos. 

El mismo resultado  de esta “prueba de ácido” tiende a replicarse a lo largo y ancho del planeta.
El doctor Carlos González, pediatra español, asesor de la Liga Internacional de La Leche y autor del best seller  “Bésame Mucho”,  a quien tuve el honor de entrevistar recientemente, me comentó que la aprobación de la ley que prohíbe el castigo físico infantil, desencadenó un acalorado debate en España, a propósito del cual, recibió invitación para un programa de radio. Allí, el reputado pediatra y autor, escuchó quejas de padres y de profesionales quienes alegaban que el Estado no tenía el derecho a inmiscuirse en las decisiones de las familias,  sobre cómo educar o no a los hijos. Quien conoce al doctor González, sabe que lo distingue la habilidad de desenvainar certeramente su humor chispeante e incisivo, con el cual, no tarda en derribar los mitos sobre crianza que se le ponen por delante. Su respuesta ante tales argumentos en contra de la ley fue: “Claro que sí, tienen ustedes mucha razón. Si permitimos al Estado que nos prohíba pegarle a nuestro hijo, luego nos va a prohibir pegarle a la esposa…” El conocido pediatra hizo una pausa que invitaba a la reflexión, y agregó:  "A ver,  ¿acaso nos parece normal pegarle a la esposa, al marido, a un empleado,  a un camarero porque nos atendió mal? No. Porque la gente civilizada no le pega a nadie. Pero pegarle a tu propio hijo, un niño indefenso y vulnerable que depende de ti para que lo protejas ¿sí que te parece normal? ..."  Ajá, pues más claro no canta un gallo, como decimos en mi tierra.

Ciertamente hemos logrado considerables avances tecnológicos, científicos y en materia de derechos humanos, pero la mayoría de los adultos, aún, ni ven ni tratan a los niños como sujetos plenos de derecho. Y no hablo sólo de padres y madres que están de acuerdo con golpear a sus hijos, si no también de especialistas como pediatras, psicólogos, jueces… quienes validan el castigo físico y otra ristra de tratos que, por principio, considerarían inadmisibles hacia cualquier adulto.
En el año 2010, según Save The Children, las leyes de 168 países del mundo todavía permitían el uso del castigo físico en el hogar. No es mucho lo que ha cambiado desde entonces. Incluso en algunos países que lo prohíben legalmente como en Venezuela, poco lo sancionan y propugnan la vertiente legal y psicológica que establece diferencia entre castigo físico y maltrato, según sea la intensidad o la intención con que se golpee a un pequeño o a un adolescente.
Para mí, no existe ninguna diferencia. Pegar a un niño no tiene justificación alguna. Si no somos capaces de encontrar un lugar emocional desde donde sentir que pegarle a nuestro hijo o hija en cualquier circunstancia, con cualquier intención o intensidad, es maltrato y es violencia, entonces necesitamos buscar ayuda. 

No existen nalgadas a tiempo para disciplinar. Existen padres y adultos que necesitan ser orientados para educar sin maltratar.

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