Recientemente publiqué un post sobre los daños colaterales en el campo psicológico que se están provocando tras las intervenciones o medidas tomadas en el contexto de la crisis Covid-19. Mencioné brevemente las consecuencias nada inocuas que algunos expertos en #teoriadelapego #neurociencias y prevención infantojuvenil atribuyen al uso indiscriminado de mascarillas tras las cuales quedan tapadas las tres cuartas partes del rostro de los adultos de referencia de los pequeños. El famoso still face experiment o experimento de la cara quieta del Doctor Edward Tronick nos remite a las posibles consecuencias antes mencionadas. Para los niños en primera infancia la interacción constante con sus adultos de referencia a través del contacto visual y la comunicación mediante el intercambio gestual es una necesidad instintiva, una necesidad básica para sentirse sentidos y mantenerse regulados emocionalmente. La frustración de dicha necesidad incuestionable provoca estrés. El estrés crónico juega en contra del desarrollo cerebral y la salud mental infantil...
Necesitamos aprender a cuidarnos sin dañarlos
Berna Iskandar @conocemimundo
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